Confucio

''Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro''

miércoles, 26 de febrero de 2014

Cuarta semana

Lo mejor de la cuarta semana del curso ha sido darles clase a segundo de ESO.  A medida que se fue sucediendo la semana me fui dando cuenta de las dificultades que se presentan en un aula, y de lo gratificante que puede llegar a ser ver una expresión de interés, sorpresa, etc…

Esta semana he aprendido que la diversidad en el aula puede ser increíblemente grande y me ha indignado, más si cabe, los aumentos de ratios y los recortes en educación. Se supone que caminamos buscando un cambio del paradigma educativo. Caminamos hacia la innovación y hacía el uso de las tecnologías, para conseguir a su vez una educación totalmente inclusiva y que esta atienda a las necesidades de la diversidad.  Sinceramente, y a pesar de que cada vez tengo más ganas de ejercer como docente y trabajar para alcanzar ese objetivo, creo que esa idea hoy por hoy se acerca a una utopía.
Cada alumno es, como se diría coloquialmente, ‘de su padre y de su madre’: muestran actitudes y poseen aptitudes muy dispares. El simple hecho de evaluar las necesidades, tanto grupales como individuales, adaptar metodologías, y conseguir llegar en la medida de lo posible a cada alumno, requiere mucho tiempo y dedicación.  En muchas ocasiones los profesores no pasan más de un curso seguido con los mismos alumnos. 
Esta semana, por otro lado pero relacionado, he comprobado como una baja de un profesor del departamento no se cubre hasta pasados 15 días. Esto permite que alrededor de 6 clases distintas puedan estar sin dar una materia durante unas tres semanas.
Sin un seguimiento y compromiso social, en el que participe la comunidad educativa en conjunto, no se puede conseguir una educación inclusiva y de calidad.

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