Ya conocíamos que el origen de las plantas con flor se remontaba a la era Mesozoica, y que ya en el Triásico existían ejemplares muy similares a los que pueblan nuestros suelos. Sin embargo, esta es la primera vez que tenemos evidencias fósiles de la reproducción sexual en flores. Debemos concebir este hecho como el responsable de la gran biodiversidad florística de la que disfrutamos en la actualidad, el origen de las recombinaciones genéticas, propiamente dichas, en vegetales.
Recordamos que la reproducción sexual promueve la diversidad genética, de modo que provoca un aumento en la tasa evolutiva de la especie que la practique, pudiendo otorgarle inmunidad frente a posibles futuros cambios ambientales. Por ello cuanta más diversidad presenten los seres vivos, mayor éxito grupal tendrá la vida para sobrevivir a los procesos de extinción.
Sin duda se trata de un gran hallazgo que nos recuerda la importancia de la reproducción sexual y sus consecuencias, pero en sí es mucho más que eso. De él podremos extraer mucha información sobre la evolución de este grupo de plantas y su proceso reproductivo. Incalculable información en un pequeño trozo de ámbar
http://www.sciencedaily.com/releases/2014/01/140103204510.htm
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